Cuando iniciaron las manifestaciones, en diciembre, se alertó sobre el riesgo de que cientos de miles de peruanos se queden sin servicio de gas natural (GN) en el norte y el sur del país por la paralización de Pampa Melchorita. Dicha planta abastece a siete regiones en la costa a través de gasoducto virtual, que básicamente es el transporte de gas natural licuefactado en camiones cisterna.
Hoy algunas ciudades -especialmente del sur del país, como Puerto Maldonado- registran un fuerte desabastecimiento de balones de gas para cocinar por los bloqueos de carreteras.
Si existiera conexiones domiciliaria de gas natural, estos problemas podría evitarse. Toca, entonces, preguntarnos: ¿por qué no avanza su masificación?
Poca demanda y costos
Felipe Cantuarias, presidente de la Sociedad Peruana de Hidrocarburos (SPH), dice que el Perú tiene reservas de gas natural aseguradas para los próximos 20 años. Los dos problemas, explica, son la escasa demanda en regiones y los altos costos de transporte.
Las soluciones, según los expertos consultados para este informe, van concatenadas: se debe establecer una tarifa única nacional como paso urgente para que no se detenga la masificación en las regiones y debe acelerarse el cambio en la matriz energética del transporte público.
Ambas medidas son necesarias para impulsar la demanda, que a su vez incentiva la construcción de infraestructura. “Si no hay demanda, no hay incentivo para invertir en ductos, que es la mejor forma de bajar el costo de transporte del gas natural”, anota la SPH.
Necesaria tarifa nivelada
Tomando como referencia la información del proyecto de ley 679, que el Ejecutivo presentó en noviembre del 2021, las tarifas residenciales de gas natural que calculó el Osinegmin durante el 2020 fueron de US$ 11.54 por millón de BTU en Lima y Callao; US$ 14.46 en Ica; US$ 16.94 en el norte; y US$ 17.08 en el suroeste. Como se aprecia, todas distintas.
Miguel Maal, gerente general de Promigas Perú (que a través de Quavii tiene concesiones por un lado en Talara, Sullana, Paita, Piura, Sechura; y por otro lado en Cajamarca, Lambayeque, Chiclayo, Pacasmayo, Trujillo, Chimbote y Huaraz) y Walter Sciutto, gerente general de Contugas (Ica), coinciden en que es indispensable tener una tarifa nivelada en todo el país para poder avanzar.
El proyecto de ley del Ejecutivo busca -entre otros- nivelar las tarifas de las regiones con las de Lima y Callao, lo cual se financiaría con recursos del Fondo de Inclusión Social Energético (FISE). El texto original iba a beneficiar a “usuarios del servicio de distribución de gas natural por red de ductos a nivel nacional”, pero tras pasar por los trámites de comisión en el Congreso, el dictamen ahora habla solo de los “usuarios regulados”. Aún no logra volver a entrar en agenda del Pleno para ser debatido.
“Las tarifas que tenemos en el norte son en algunos casos entre 50% y 100% más altas que las que tiene Lima y Callao”, dice Maal. Y agrega que reducir las tarifas es clave para generar mayor demanda en regiones y, así, poder seguir desarrollando su concesión y cerrar brechas.
“Hoy estamos en alrededor de 210,000 usuarios. Si no se aprueba (la tarifa nivelada), creceríamos solo a 230,000. De aprobarse la tarifa nivelada en las condiciones que ya están en el dictamen, estaríamos llegando a 650,000 clientes en unos 7 años”, remarca Maal.
Sciutto, por su parte, también se mostró a favor de nivelar la tarifa. Sin embargo, insistió en que se debería volver al esquema inicial donde se hablaba de “usuarios”, y no solo de “usuarios regulados”.
¿Cuál es la diferencia? Erick García, exdirector de Hidrocarburos del Ministerio de Energía y Minas (Minem), explica que se estaría dejando fuera a los clientes independientes (los más grandes). Sciutto cree que es imperativo que se beneficie a todos los usuarios porque así se podrá atraer a los clientes más grandes, cuya demanda permitiría seguir ampliando las inversiones en infraestructura de transporte.
“Hoy en la concesión de Ica (Contugas), como el proyecto no considera a todo el mercado, hace que las tarifas de los segmentos no industriales y de generación se incrementen, y que la diferencia que ya existe con Lima sea más amplia y la provincia pierda competitividad (34% y 45% de diferencia entre Lima e Ica en estos segmentos) y se concentre en Lima el consumo industrial y de generación”, resalta Contugas.
La demanda de Contugas está en aproximadamente 27 millones de pies cúbicos al día, muy por debajo de la capacidad que tienen: 350 millones de pies cúbicos por día. En su momento apostaron porque en el país se desarrolle la industria petroquímica, actividad que el Estado ha dejado simplemente de lado.
¿Y sin la ley?
El regulador, Osinergmin, coincide en que la tarifa nivelada es una alternativa de efecto inmediato que beneficiaría a las regiones del norte y sur oeste. “Sin embargo, las nuevas inversiones deberían tomar en cuenta la diversificación de alternativas energéticas con criterios de eficiencia regional”, subraya.
“Las tarifas deben ser competitivas respecto del precio de los combustibles sustitutos como GLP, diésel, gasolinas, residual, entre otros; por lo que, el gas natural viene generando a los consumidores ahorros superiores al 50% respecto de los combustibles antes señalados”, anota.
¿Y si no se aprueba la ley que busca nivelar las tarifas? El mes pasado, el ministro de Energía y Minas, Óscar Vera Gargurevich, dijo a Gestión que el Ejecutivo avanzará con el desarrollo de cierta infraestructura para la masificación de gas natural aunque no esté aprobado el texto.
Vera aseguró que, como parte de Punche Perú tienen asignados S/ 460 millones para construir “más de 1,000 kilómetros de ductos desde Piura hasta Ica”. En el caso del sur, el ministro dijo que se tienen S/ 800 millones para instalar ductos en las regiones de Puno, Huancavelica, Apurímac, Ayacucho, Junín y Ucayali.
Cálidda: Ya hay 1.56 millones de conexiones en Lima y Callao
Según datos de Cálidda, en 2022 se consumieron 574 millones de metros cúbicos de gas natural por mes en Lima y Callao, un volumen sostenido sobre todo por los grandes consumidores. “Esa es la suerte que tiene Lima al tener la gran industria y la generación eléctrica, termoeléctrica”, dice Martín Mejía del Carpio, director general de Cálidda. Esta “demanda ancla” es una de las razones por las que la tarifa en Lima es más baja que en el resto del país.
A la fecha, Lima y Callao tienen 16,000 kilómetros de redes de distribución. Con ello, quedan -según Mejía- 4,000 kilómetros en zonas que no tienen restricciones técnicas y otros 1,500 kilómetros en cerros. Además, a diciembre del 2022, ya se registran 1.56 millones de conexiones (1.53 millones son domiciliarias).
Para el 2023, de acuerdo a su plan quinquenal, se tenía previsto hacer 500 kilómetros de tubería, pero Mejía dice que se han propuesto alcanzar 800 kilómetros. Además, el Gobierno está proponiendo hacer más tuberías con fondos del FISE, “lo que podría sumar unos 400 kilómetros más”.
“Creemos que vamos a superar las 200,000 conexiones adicionales, con lo cual ya deberíamos estar encima del millón 750 mil viviendas conectadas”, remarca. Y, se alcanzará una inversión de US$ 181.2 millones este año.
-El sur del país-
Masificación de gas. El ministro de Energía y Minas, Óscar Vera, comentó en enero que están trabajando en la reactivación del proyecto Siete Regiones: Puno, Cusco, Apurímac, Ayacucho, Junín, Huancavelica y Ucayali. Cabe recordar que se intentó concesionar anteriormente pero fracasó, y el Estado, en el 2021, decidió hacerse cargo de la masificación en esas regiones. Sobre el gasoducto del sur, Vera aseguró que en su gestión buscará relanzarlo.
Fuente: GESTIÓN.