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11 de diciembre de 2024
Energía

Talara: reservas de petróleo por US$5.900 millones que buscan ser reprivatizadas

Con la entrega, por parte de Petroperú, de las cartas de interés para operar al 100% los lotes I, VI y Z-2B de Talara, se inicia una nueva etapa para la industria de hidrocarburos que podría terminar, según diversos especialistas del sector, con 30 años de contratos lesivos para el Estado peruano, en los que no solo no se avanzó con las promesas de hallar más petróleo y llevar desarrollo social, sino en los que se instaló un modelo de negocio basado en agotar reservas desdeñadas como “marginales” al momento de su privatización.

La entrega de las cartas llega como corolario a la promesa presidencial Dina Boluarte de garantizar el retorno de la estatal a estos tres lotes, realizada en febrero pasado, en su visita a la Nueva Refinería de Talara (NRT). A ello se suma la posición del Ministerio de Energía y Minas (Minem) de conceder el 100% de operación del Lote X.

Para diversos especialistas del sector, la promesa de campaña debe ser reivindicada en el próximo mensaje a la nación, en días que fenecen los contratos sobre estos cuatro yacimientos, que ocupan más del 80% de la producción talareña.

“No hay ninguna razón para que esos contratos sean renovados en manos del sector privado. Han pasado 30 años en los que no se cumplió ninguno de los objetivos, y por el contrario están devolviendo pozos con una menor producción de las que se les entregó a costo de riesgo cero, pues no tuvieron que explorarlos”, asegura Aurelio Ochoa Alencastre, especialista en energías.

Una confirmación ya hecha por Isabel Tafur Marín, actual presidenta de Perupetro —agencia estatal responsable de administrar, promocionar y negociar los contratos de petróleo y gas en nuestro país—, quien aclaró que Petroperú sí cuenta con las credenciales para ingresar como sujeto económico a la zona, virtud de su patrimonio neto residual de US$1.900 millones, que incluso le permitiría ingresar junto con una empresa de servicios petroleros integrales al Lote X (hoy explotado por la china CNPC).

“Sí, Petroperú ingresará al Lote X, pero aún no tenemos todo el panorama evaluado. En setiembre (tras la toma de decisión sobre los lotes I, VI y Z-2B) empezaremos con las evaluaciones”, garantizó Tafur Marín para La República.

Precisamente, se trata de una semana clave para Perupetro, pues según informó hace algunas semanas, debía tener lista la respuesta a la carta de interés de Petroperú hacia finales de julio, con miras a iniciar la reversión antes del 21 de octubre próximo, fecha en que vencen los papeles del Lote VI/VII (ahora en manos de Sapet, filial de CNPC, pero que será dividido) y el Lote I (cuyo contrato temporal será renovado por dos años más para la petrolera estatal).

Óleos del noroeste

Son reservas probadas de alrededor de 85 millones de barriles de petróleo, con un valor potencial de casi US$5.900 millones (la estimación toma en cuenta los lotes VI, VII, Z-2B y el X), a un precio promedio de US$70 por barril, lo que está en juego en los cuatro yacimientos, según un informe del investigador Jorge Manco Zaconetti. El marcador West Texas Intermediate (WTI) cerró la semana pasada en US$77,07.

La propuesta del Ministerio de Energía y Minas (Minem) es una negociación directa, como de la que antes gozaron diversas empresas privadas para hacerse con el Lote 8 (Petrotal) y el Lote 56 (Hunt Oil). Es una prerrogativa de Perupetro contenida en la Ley Orgánica de Hidrocarburo (LOH).

“Como empresa, estamos preparados para participar en la operación de estos lotes e integrarlos a nuestro complejo de refino. Son campos que tienen flujo de caja positivos”, sostuvo antes Pedro Chira, presidente del Directorio de Petroperú.

Y es que Petroperú espera generar, anualmente, un ebitda positivo de US$135 millones durante la próxima década con su retorno al upstream en estos tres lotes de Talara, según cifras preliminares a las que tuvo acceso este diario.

El docente de la UNI Alexei Huerta señala, sin embargo, que tras la presentación de la carta de interés, aún hace falta un decreto de urgencia por parte del Ejecutivo que autorice la negociación directa entre Perupetro y Petroperú.

“Ambos deben estar esperando que salga el decreto para iniciar la negociación. Sería el mecanismo ideal, el más rápido, pues el otro sería una ley del Congreso, que demoraría más porque la legislatura está suspendida”, argumenta.

Ochoa Alencastre cuestiona, en esta línea, que los altos precios del crudo internacional a lo largo de tres décadas de privatización no hayan alcanzado para que las poblaciones circundantes de la zona de influencia en Piura tengan hasta ahora acceso al agua potable.

En su lugar, refiere que se han “inflado” las cifras de desarrollo del sector hidrocarburos todo este tiempo, pero sumando el aporte del gas de Camisea para “esconder” el magro desarrollo petrolero de la cuenca.

Producción garantizada

La producción de los campos de Talara, según Gustavo Navarro, exdirector de la Dirección General de Hidrocarburos (DGH), podría ser perfectamente asumida por Petroperú, dado que solo tendría que absorber al personal técnico que ahí opera, tal cual ocurrió con el Lote I, ya encargado en diciembre del 2021.

En los años noventa, explica, Perupetro convocó a licitación de lotes pequeños para fomentar la industria petrolera nacional para permitir el ingreso de capitales privados nacional e internacionales. Entre las que sobrevivieron están Graña y Montero (GMP) y Monterrico, que acaba de ganar el Lote V. Esas empresas no tenían ninguna experiencia en actividad petrolera, pero tuvieron éxito porque el personal se quedó.

“A diferencia de ese proceso, hoy Petroperú tiene en su Gerencia de Exploración y Producción a personal con amplia experiencia. El propio Pedro Chira es un hombre muy conocedor de la materia y tiene personal con gran trayectoria. Ellos serían los que dirijan su retorno a Talara”, subraya Navarro.

Petroperú y una reversión resistida durante 30 años

El Lote VII, atado por ahora al VI, ya está en manos de Olympic, luego de que Perupetro lo adjudicara hace dos semanas. El otro yacimiento, el Lote V, quedará en manos de Petromont. Tras estos dos primeros campos reprivatizados, los siguientes en la lista son los anunciados por el Gobierno peruano para Petroperú.

Para la firma internacional Arthur D. Little, la Nueva Refinería de Talara (NRT) generaría para Petroperú un ebitda positivo anual en los próximos 15 años de US$472 millones. La deuda externa hoy de la petrolera es de US$347 millones. Pero para garantizar la rentabilidad del negocio, se deben operar los lotes.

El Minem y Perupetro han garantizado que, tras la reversión de los lotes I, VI y Z-2B (ahora convertido en Z-69 para tener mayores áreas de exploración), Petroperú también operará el Lote X, que ocupa el 70% de la producción de Talara. Según Manco Zaconetti, sus reservas están valorizadas hoy en US$3.456 millones.

La Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) informó que Perupetro ha recibido también cartas de interés de diversas empresas privadas para hacerse con los lotes VI y Z-2B. Según información a la que accedió La República, serían dos empresas por cada lote.

La farsa de la “libre competencia”

Enfoque. Humberto Campodónico, expresidente de Petroperú

Se quiere volver a privatizar los lotes de Talara con el pretexto de “la libre competencia”. Tienen reservas probadas que revierten al Estado; y no tienen riesgo alguno porque son un negocio en marcha. Generan un ebitda de US$290 millones anuales, lo que financia las inversiones que se necesitan. No es verdad que Petroperú no tenga los recursos para invertir.

El costo total de producción en la zona es US$40/barril. Y su precio hoy es US$80 por barril. La renta petrolera es US$40/barril. Pero si sube a US$150/barril por algo en el Medio Oriente o Rusia/Ucrania, la renta sería US$110 por barril. Si Petroperú está en los lotes (con socios en algunos de ellos), la aprovechará. Pero si no, tendrá que comprar a US$150/barril, un petróleo que es nuestro. Esa es la renta que quieren los neoprivatizadores.

La libre competencia es para buscar nuevas reservas, con riesgo, en las cuencas del país. En Chile, bajo Pinochet, la Constitución de 1980 prohibió que Codelco se privatizara porque “la renta era de Chile” y promovió que los privados inviertan en nuevas minas. Hoy, las 10 grandes minas privadas producen más cobre que la estatal Codelco, que mantuvo su gran producción. Esa es la lección para Perupetro.

Después de 30 años, ahora tenemos una latente neoprivatización. Hoy no quieren que Petroperú tenga renta petrolera, argumentando “libre competencia”. Mañana vendrán por la refinería. ¿El retroceso de Perupetro también sigue latente?

Fuente: LA REPÚBLICA.

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