Si bien el Gobierno peruano viene asegurando en las últimas semanas que el mercado de Gas Licuado de Petróleo (GLP) está abastecido, hasta este lunes continuaban las colas de automóviles pugnando por llenar sus tanques con ese derivado. En tanto, su precio continuaba alto: alrededor S/12 por galón, el doble que meses atrás.
Varios factores han contribuido a esta escasez del GLP de uso vehicular: la entrada en mantenimiento de la planta de Pluspetrol, los oleajes anómalos, la restricción del Canal de Panamá; el factor de fondo es la falta de capacidad para almacenar ese tipo de gas.
Según el exdirector general de hidrocarburos del Ministerio de Energía y Minas (Minem), Gustavo Navarro, el consumo de GLP es lo que más crece en el país, a un ritmo anual del 5%, pero lo que no ha crecido es su capacidad de almacenamiento.
Explicó que, debido a la falta de inversión en ese tipo de infraestructura, el Gobierno suspendió hace varios años la norma que obliga a que las empresas envasadoras tengan un stock mínimo asegurado de almacenaje de ese producto para cinco días, o un stock promedio mensual para 15 días.
Osinergmin evalúa proyecto
En esa línea, el presidente de Osinergmin, Omar Chambergo, informó ante la Comisión de Defensa del Consumidor del Congreso de la República, que evalúan un proyecto de la empresa Monte Azul, para instalar infraestructura de almacenamiento de GLP al sur de Lima.
Refirió que la citada compañía ha presentado la documentación requerida para instalar una terminal de ese combustible en el distrito de Villa El Salvador. “Estamos trabajando para hacer las evaluaciones (de ese proyecto) de forma rápida para que eso se pueda construir en poco tiempo”, aseveró Chambergo.
La iniciativa de la citada compañía comprende un terminal de recepción, almacenamiento y despacho de gas licuado de petróleo (GLP) e hidrocarburos líquidos en el citado distrito al sur de Lima. Contempla la recepción por vía marítima, además de GLP, de otros derivados como el diésel, biodiésel y gasolina.
Permitirá suministro para cinco días
El gerente general de Monte Azul, Claudio Caballero, explicó a Gestión que ese proyecto permitirá el almacenamiento de 18,000 toneladas de GLP con una inversión de US$180 millones, y que equivale en capacidad al que hoy tiene Solgas en la capital.
Dicha iniciativa privada, anotó, permitirá incrementar la capacidad de almacenaje para suministro de GLP en Lima y Callao, de los actuales tres días, hasta cinco días en total.
Caballero explicó que ese proyecto lo terminaron de elaborar en el 2017, que ya cuenta con diversos estudios, entre ellos el Estudio de Impacto Ambiental (EIA), y que, en realidad, su demora en avanzar surgió, originalmente, por un rechazo al mismo por parte del Osinergmin.
La “dificultad”, detalló, es que el proyecto incorporaba tecnología de punta aplicada en Estados Unidos, que otorgaba condiciones de seguridad adicionales a ese tipo de almacenaje, pero tal tecnología al parecer (según el regulador) no estaría claramente definida en la norma peruana.
Intercambio de opiniones
Ante esa traba, indicó que la compañía pidió opinión a la Dirección General de Hidrocarburos (DGH) del Minem, pedido que ingresó para su análisis en enero del 2022, y que recién en los últimos meses de este año obtuvo respuesta favorable, en el sentido de que ese tipo de tecnología sí está regulada en el país.
A raíz de la opinión de la DGH, es que, anotó Caballero, otra vez ha ingresado el requerimiento de informe técnico favorable (ITF) al mencionado organismo supervisor.
De obtenerse el visto bueno de la entidad, estimó que la construcción del proyecto podría estar concluido en los siguientes dos años.
Más almacenaje es bueno, pero no suficiente
Para el experto en hidrocarburos Erick García Portugal, una de las soluciones a las continuas crisis en el suministro de GLP, es que, en efecto, se construya más capacidad de almacenamiento de ese producto, aunque eso no es suficiente, según indicó.
Hoy el Perú solo produce un 70% del GLP que demanda el mercado nacional y el otro 30% lo debe importar, explicó. Pero, esa situación se podría revertir, si es que se promoviera más el reemplazo del GNV por el GLP de uso vehicular en Lima y Callao, explicó.
Detalló que la ciudad capital consume casi el 50% de la demanda nacional de GLP. Dentro del consumo en esa urbe, el 40% lo usan los vehículos, un 10% la industria y el otro 50% comprende su abastecimiento en balones para uso doméstico.
En ese orden de ideas, solo si se llegara a reemplazar el consumo vehicular de ese gas por el GNV, ya no se tendría la necesidad de importar el primer combustible mencionado, y la producción nacional alcanzaría para distribuirlo en otras ciudades del interior para uso vehicular.
Lo que falta para eso, anotó, es mayor incentivo estatal al desarrollo de infraestructura para almacenamiento de gas natural licuefactado, que permite su venta en forma de GNV, o GNL como reemplazo del diésel para camiones, o estaciones de regasificación, grifos, etcétera.
Fuente: GESTIÓN.