A inicios de julio último, Gestión reveló el acuerdo de adquisición de las acciones de la canadiense Pan American Silver en Minera Argentum, por parte del Grupo Minero Alpayana. En ese momento, la transacción estaba en fase de revisión por el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi), pero ahora la entidad acaba de dar luz verde y, en consecuencia, las empresas involucradas concretaron oficialmente la operación. Así, el holding peruano se hace de la mina polimetálica Morococha (Junín), de Argentum. Su CEO, Fernando Arrieta, detalla la inversión y los siguientes pasos en una entrevista exclusiva con este medio.
¿Cuál es el estado de la revisión de la transacción en Indecopi?
Ya el Indecopi dijo que la transacción va, que no hay problema de monopolio, y ya se hizo el cierre formal de la operación con Pan American Silver. Los términos del acuerdo se mantienen (adquisición a cambio de una contraprestación en efectivo de US$ 25 millones).
Ahora, ¿cuál es el plan en Morococha?
Estaba en mantenimiento y vemos un potencial gigantesco de exploraciones y encontrar nuevas reservas. Pan American Silver también lo sabía, pero decidió ponerla en mantenimiento para luego vender porque tuvo un problema con la planta concentradora y era más complejo construir una nueva planta o una nueva relavera.
¿Para Alpayana sí hacía sentido la compra?
Uno de los beneficios para nosotros, en Morococha, es que estamos muy cerca con otras dos unidades mineras nuestras (en Huarochirí, Lima): Americana —antes Alpayana— y Yauliyacu —adquirida a Glencore como parte de Los Quenuales en diciembre del 2022—. Se nos hace más fácil operar, estamos a pocos kilómetros de ahí y hace sentido esta integración que nos ayudará mucho en exploraciones. Tenemos concesiones limítrofes entre Argentum y Americana.
¿Cuánto tiempo dedicarán a la exploración en Morococha?
Ya tenemos un plan inicial de inversión de algunos millones de dólares en perforaciones para ver bastantes más reservas, pero hay cosas que podemos empezar a hacer inmediatamente. Tenemos que sacar la mina de cuidado y mantenimiento para llevarla a operación. En cuatro o cinco meses podríamos empezar a operar la mina, no con los niveles de Pan American Silver, sino menores, y en dos años llevarla a por lo menos 2,000 toneladas diarias (de roca con contenido mineral); y en tres o cuatro años, a 3,000 o 4,000 toneladas diarias de producción.
Para reactivar la operación, ¿habilitarán la planta de Morococha o usarán la de Americana?
La planta de Morococha no se puede reactivar porque ha sido ya desarmada, pero sí vamos a evaluar en un futuro si construimos una planta nueva en Morococha. Ya Pan American tenía un lugar donde podían tener una planta nueva y los permisos ya están casi listos. Es algo que estamos evaluando, pero aún no lo tenemos tan claro. Inicialmente sería aprovechar la capacidad de las otras dos unidades (Americana y Yauliyacu).
¿Cuál será la inversión para reactivar la mina?
Hay dos partes importantes: el presupuesto de exploración y la inversión para volver a la operación, que es más o menos, en los primeros seis meses, alrededor de US$ 15 millones. Hay mucha compra de equipos y otras facilidades. Ha estado en cuidado y mantenimiento casi dos años y no es tan fácil volver a producción rápidamente.
¿En qué metales se enfocarán en Morococha?
Históricamente, lo que más ha producido en valor ha sido plata, pero los contenidos seguirán siendo polimetálicos. Quisiera que con exploraciones podamos encontrar cobre, considerando que la mina Toromocho está muy cercana. Sabemos que hay targets que podrían ser algo más enfocados en el cobre.
¿Habrá sinergias más allá del procesamiento?
Serán sinergias de control y gestión. Tenemos equipos que pueden ver varias unidades al mismo tiempo, el equipo de geólogos serán los mismos para las tres unidades (Morococha, Americana y Yauliyacu). Hay muchas oportunidades de sinergias.
Nuevas alternativas de compra
¿Mantiene la mirada en nuevas compras?
Nuestra meta es ser un referente de la minería en América Latina y seguimos poniendo el ojo en todo el crecimiento posible, no solo en adquisiciones sino en proyectos (propios). Hoy consolidamos ya cuatro unidades mineras y seguimos activamente participando en otros proyectos para seguir creciendo, tanto de manera inorgánica como orgánica. Hemos multiplicado casi por ocho nuestros esfuerzos en inversiones en exploraciones en greenfield.
¿Las opciones están solo en Perú o también en países vecinos?
En algún momento evaluamos compras en Bolivia. Siempre conversamos con diferentes actores en minería a ver si hay adquisiciones en otros países. Hasta el momento todo lo que nos ha resultado está en Perú, pero tranquilamente podríamos hacer inversiones en países cercanos u otro lado, no estamos cerrados en solo Perú. Estamos mirando oportunidades en otras ubicaciones geográficas.
¿Siempre en operaciones polimetálicas?
Nuestra mirada es no tanto en la minería tradicional sino moderna, siempre buscaremos lo que viene —como tendencia— en adelante. Polimetálico sería buenísimo. Tener cobre y también opciones de minerales o tierras raras es tendencia. Cuando uno explora, uno busca oro, plata, cobre, zinc, plomo, pero no analiza vanadio, níquel u otras cosas que son superinteresantes hacia la minería del futuro, y que se necesitarán para autos eléctricos y energías limpias. Lo vemos como una oportunidad grande y que se ha explorado muy poco.
¿Viene otra compra este 2023?
No creo que antes de finales de año podamos salir con otra adquisición. Estamos muy enfocados en la integración de las minas de Los Quenuales (Yauliyacu e Iscaycruz), el proceso va bastante bien, y también estamos con Morococha para ponerla en operación.
Fuente: GESTIÓN.