Como productora de los insumos más importantes para los sectores de construcción y transporte, la minería tiene el reto de generar procesos productivos que minimicen al máximo sus emisiones.
Las 94 ciudades que conforman el C40 concentran el 10% de las emisiones de CO2 a nivel global y, con la finalidad de evitar un incremento de la temperatura mundial en 1.5°, deberán reducir sus emisiones de CO2 en un 50% al 2030 y en un 80% al 2050. ¿Cómo alcanzar esta meta que se ubica como una de las más urgentes a nivel global? El panelista del Simposio del Oro, Plata y Cobre; Alejandro Gutiérrez, arquitecto y planificador Urbano de Arup, sostuvo que el foco de la planificación urbana de los países debe migrar hacia el empleo de materiales con menor carga de energía incorporada.
En la conferencia “Tendencias para las Ciudades del Futuro”, el arquitecto resaltó la importancia del empleo de materiales de construcción que hayan sido producidos bajo parámetros de sostenibilidad. Sobre este punto, destacó que “la minería es una industria habilitadora de la energía verde cuando se logra reducir la cantidad de energía que se emplea al producir materiales”.
El arquitecto tomó como referencia los casos del norte de Europa y Estados Unidos, países en los que se han integrado políticas públicas de reducción de energía operacional en el stock de edificios construidos. “El desafío de los 30 años siguientes no es reducir esta energía de los edificios sino la que se incorpora en los materiales”, sostuvo.
Otro de los grandes pilares del desarrollo urbano del futuro es la integración del transporte urbano eléctrico y una gestión logística eficiente en la llamada “última milla” que engloba los procesos de entrega de productos a los negocios y consumidores finales. “Al 2025, predominarán tendencias como el aumento de vehículos eléctricos, la transición de energía térmica a energía eléctrica y el smart grid (redes de distribución eléctricas inteligentes) en el transporte”, explicó.
Dentro de su ponencia, Gutiérrez también destacó que, si bien las ciudades estarán sustentadas en la tecnología, innovación y uso eficiente de recursos, también es determinante la planificación con una mirada de largo plazo generando un proceso de afianzamiento entre las autoridades y los ciudadanos. Y es precisamente en ese contexto que los productos mineros serán demandamos en tanto reduzca sus emisiones de carbono.
Una transformación urgente
Mariana Alegre, directora ejecutiva de Lima Cómo Vamos, participó de un diálogo con el arquitecto en el que hizo referencia a la importancia de tomar acción de forma oportuna. “Hay que entender a las ciudades como sistemas complejos con áreas interrelacionadas. La mirada de planificar de 20 a 30 años se ha acortado. Los límites del planeta están siendo sobrepasados y lo que era antes un deseo hoy es una urgencia”, explicó.
La abogada especializada en urbanismo y Derechos Humanos destacó la importancia de pensar prospectivamente el desarrollo de los proyectos urbanos. “Se planifica a unos años, pero el desafío es pensar en décadas considerando cómo el capital social en entornos urbanos se incorpora no solo desde una perspectiva tecnológica sino relacional y de vehículos locales”, puntualizó.