La legislación peruana contempla diversas causas legales que pueden justificar un despido laboral por parte de un empleador. Estas están establecidas para proteger tanto los derechos de los empleadores como los de los empleados, con la finalidad de promover un ambiente laboral justo y equitativo.
En esa línea, Aymé Límaco, jefa del área Laboral de Cuatrecasas, menciona que una de las causas por las cuales se puede despedir a un trabajador es el bajo rendimiento laboral. Es decir, cuando un empleado no alcanza los estándares de rendimiento esperados, a pesar de haber recibido capacitación y oportunidades para mejorar su desempeño. Esta causal de despido se encuentra limitada a trabajos que cuenten con funciones o actividades que puedan medirse de manera objetiva y veraz.
Para ello, es clave que el empleador documente adecuadamente el bajo rendimiento y brinde al empleado la oportunidad de corregirlo, menciona Límaco.
Una segunda causa es por conducta inapropiada. En este caso, la abogada laboralista explica que si un empleado realiza o se involucra en conductas que van en contra de las normas éticas o los valores de la empresa, como el acoso laboral, la discriminación, el robo, la violencia o cualquier otro comportamiento inaceptable en el entorno laboral, la empresa puede optar por despedir al trabajador.
Respecto al despido por conducta inapropiada, Límaco recuerda que siempre se debe garantizar el derecho a la defensa, la presunción de inocencia del trabajador, y hacer las investigaciones y denuncias correspondientes.
Hay casos en los que el despido podría ser invalidado. “Por ejemplo, si la empresa despide a un empleado por apropiación de bienes y, en paralelo, formula una denuncia. Luego, si en este proceso penal se absuelve al trabajador, entonces el despido podría ser inválido y el trabajador deberá ser restituido en el puesto de labores”, explica Límaco.
El tercer motivo es por inasistencias injustificadas. Esto aplica cuando un trabajador acumula un número significativo de ausencias sin una justificación válida, lo cual puede afectar la operatividad de la compañía y perjudicar la continuidad de los procesos laborales.
Una cuarta causa, menciona Límaco, es el incumplimiento de obligaciones contractuales. Por ejemplo, se puede despedir a un trabajador si no cumple con las funciones establecidas en su contrato de trabajo o perfil del puesto, como horarios, tareas asignadas, normas de seguridad u otros términos acordados mutuamente.
“Es clave tener en cuenta que antes de proceder con un despido, el empleador debe seguir los procedimientos legales correspondientes, garantizando el derecho a la defensa del trabajador y ofreciendo oportunidades para remediar las deficiencias o corregir el comportamiento inadecuado”, subraya Límaco.