Varios países insulares del océano Pacífico y representantes de una treintena de Estados iniciaron una batalla contra la explotación minera de los grandes fondos marinos, un nuevo frente en la lucha para la preservación de los océanos.
Con ocasión de la Conferencia de Naciones Unidas sobre los océanos celebrada la semana pasada en Lisboa, los gobiernos de Palaos, Fiyi y Samoa lanzaron un llamado a una moratoria a la extracción de minerales del fondo marino, con el apoyo de un centenar de diputados de 37 países.
Los grandes fondos marinos, que constituyen el mayor ecosistema del planeta, siguen siendo grandes desconocidos.
Los científicos sostienen que son muy frágiles y sus defensores dieron la voz de alarma con la esperanza de que se prohíba totalmente su explotación antes de la fecha límite, en julio del 2023.
En ese momento, la Autoridad Internacional de Fondos Marinos (AIFM) podría adoptar un código minero que abra la vía a esa nueva filial.
“Solo queda un año para que se ponga en marcha esta carrera irracional y para proteger el océano, antes de que sea demasiado tarde”, advirtió la coalición de parlamentarios a favor de la moratoria, liderada por la eurodiputada francesa Marie Toussaint (ecologista).
“No podemos dejar que nuestras empresas vayan a destruir los fondos marinos embolsándose todos los beneficios”, subrayó Toussaint en Lisboa.
El presidente de Palaos, Surangel Whipps Junior, también viajó a la capital portuguesa para defender la moratoria, aduciendo que “la explotación minera de los grandes fondos marinos compromete la integridad de los hábitats de nuestro océano y debería ser desalentada vigorosamente”.
Piedrecitas ricas en minerales
Su acción fue apoyada por Chile. Otros países comparten sus preocupaciones sobre los potenciales riesgos de la extracción minera, pero no han llegado a pedir su prohibición temporal.
El enviado de Estados Unidos para el clima, John Kerry, dijo que su país tiene “ninguna posición oficial” sobre el tema. “Pero hemos expresado nuestra profunda preocupación por que se evalúen adecuadamente los impactos de cualquier explotación minera de los grandes fondos marinos y no hemos aprobado ninguna” operación de este tipo, precisó al margen de la conferencia de Lisboa.
El presidente colombiano saliente, Iván Duque, que también asistió al encuentro, sugirió que cada Estado tome sus propias decisiones. Pues, precisó, “para los países que tienen la posibilidad de sacar beneficios, si se lo prohibimos, habría que encontrar una compensación para ellos”.
Los fondos marinos, entre 4,000 y 6,000 metros de profundidad, son cada vez más codiciados pues algunos contienen metales en varias formas, incluyendo nódulos polimetálicos.
Estas piedrecitas son ricas en magnesio, cobalto y níquel, sobre todo, elementos muy demandados para las baterías de los autos eléctricos.
“Los yacimientos ricos en minerales que se encuentran en el fondo del mar y la biodiversidad asociada a ellos ofrecen oportunidades formidables para un desarrollo sostenible”, indicó el secretario general de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, Michel Lodge, durante una mesa redonda.
“Costes importantes”
Si bien la explotación minera en alta mar todavía no existe, hay institutos de investigación y empresas privadas que, con el apoyo de uno o varios países, han lanzado operaciones de exploración -auspiciadas por la AIFM- en seis regiones diferentes de los océanos Pacífico, Atlántico e Índico.
En setiembre del 2021, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) defendió la puesta en marcha de una moratoria a esa actividad, al menos hasta que “se lleven a cabo evaluaciones de impacto rigurosas y transparentes” y que “la protección eficaz del entorno marino esté garantizada”.
“La explotación minera, hágase donde se haga, es especialmente conocida por su coste medioambiental”, comentó en Lisboa la exdirectora científica de la Agencia estadounidense de Meteorología y Océanos (NOAA), Sylvia Earle.
“¿Qué se puede hacer para reparar os daños de la explotación minera de los fondos marinos? No tenemos la respuesta pero sabemos que los costes son más importantes que los beneficios a corto plazo”, subrayó.
Fuente: GESTIÓN.