Si bien se pronostica que las ventas en Perú de vehículos electrificados (unidades eléctricas, híbridas enchufables y no enchufables) crecerán alrededor de 50% en 2023 respecto al año anterior, la participación del país en el mercado latinoamericano sigue siendo exigua: apenas 1.8% frente al 34% de Brasil, 27% de México y, sorprendentemente, el 19% de Colombia. ¿Qué hacer para acelerar la masificación de estos vehículos, sobre todo de los puramente eléctricos a baterías?
Gestion.pe conversó con Ellioth Tarazona, gerente técnico de la Asociación Automotriz del Perú (AAP), acerca de los grandes ‘baches’ que debe superar el incipiente sector de vehículos eléctricos en el país. Desde abaratar los elevados precios para adquirir dichas unidades hasta apaciguar la “ansiedad” de los usuarios preocupados por quedarse sin carga durante tramos largos, el camino no parece sencillo de recorrer.
Para frenar los precios altos, la AAP propone seguir el ejemplo de una plaza muy similar a la peruana: Colombia, donde al año se vende unos 250,000 vehículos en general, mientras que en Perú la cifra oscila cerca de 180,000 unidades. Sin embargo, “Colombia vende en un mes lo que nosotros vendemos en un año en cuanto a vehículos eléctricos”, subraya Tarazona. “Eso es gracias a las políticas de promoción que desde el 2019 se implementó en Colombia, sobre todo los incentivos tributarios”.
Perú cerró el 2022 con 2,680 vehículos electrificados vendidos en total, incluyendo los vehículos 100% eléctricos, los híbridos enchufables y los híbridos no enchufables. Para este año la proyección es llegar a las 4,000 unidades. Solo en el primer semestre del 2023 ya se han comercializado 2,004 vehículos, en comparación a los 1,190 en el mismo periodo del año pasado.
El gerente técnico de la AAP explica que el precio de un vehículo eléctrico es mayor al de uno con motor convencional básicamente por el valor de sus baterías de litio, que representan el 40% del costo total del vehículo. En Perú, el vehículo eléctrico más económico se comercializa en unos US$ 29,000 y el segundo está en alrededor de US$ 40,000. La meta -afirma Tarazona- es establecer políticas tributarias que permitan exonerar de cierta carga impositiva a estos vehículos para permitirles competir con los convencionales.
Por citar un ejemplo de “políticas tributarias bastante agresivas”, Tarazona recordó que Colombia redujo e incluso eliminó algunos de sus impuestos: el Ad Valorem pasó de 35% a cero para la importación de vehículos eléctricos y sus cargadores, en tanto el impuesto sobre las ventas o IVA (IGV en Perú) bajó de 19% a 5% para los autos eléctricos e híbridos y también se les excluyó del impuesto nacional al consumo de 8%, una especie de impuesto selectivo al consumo peruano.
Asimismo, el país norteño adoptó incentivos operativos como descuentos en las revisiones técnicas y SOAT, parqueos preferenciales, la exención del ‘pico y placa’ para estos vehículos y la instalación de más estaciones de carga rápida. Como resultado, Colombia es el segundo país con la mayor flota de ómnibus eléctricos en el mundo, solo detrás de China. “Colombia tiene más de 1,600 ómnibuses eléctricos en circulación mientras que Perú no llega ni a cinco”, recalcó.
“Lo que estamos pidiendo como gremio es la exoneración del IGV pues el monto se abarataría en aproximadamente 18%, es decir, un vehículo de US$ 40,000 podría estar bajando a US$ 32,000. Eso ya sería significativo y acercaría bastante el vehículo a la población”,
agregó el representante de la AAP, que también sugiere la eliminación del impuesto al patrimonio vehicular que se paga al SAT o las municipalidades provinciales por tres años.
‘Ansiedad’ de carga
La preocupación que sienten algunas personas de quedarse sin batería en el celular se puede intensificar a la hora de conducir un auto eléctrico en recorridos largos en Perú debido a la carencia de estaciones de carga o ‘electrolineras’. Tanto el vehículo eléctrico a batería como el híbrido enchufable requieren una infraestructura de carga, que por lo general se realiza en casa; es decir, se puede cargar estos vehículos en casa en unas 6 u 8 horas, brindando una autonomía de 350 a 400 kilómetros que es suficiente para un uso diario en ciudad durante una semana o más.
Sin embargo, según Tarazona, para poder empujar la venta de vehículos eléctricos en el país hay que vencer este temor en la población conocido como la “ansiedad de carga”, implementando ‘electrolineras’ que funcionan por encima de los 50 kilovatios de potencia y permiten cargar estos vehículos en 30 o 60 minutos como máximo.
“Es clave fomentar la instalación de infraestructura de carga, sobre todo para viajes largos en carretera. Nuestra propuesta es que se debe crear corredores de verdes donde cada 100 o 150 km existan cargadores rápidos. Para ello, obviamente, los llamados a implementar esta infraestructura son los inversionistas privados, pero claro está que si el inversionista no ve una rentabilidad en este negocio de vender energía porque no hay demanda, difícilmente va a implementarlo. Por eso es muy importante que, para promover la existencia de electrolineras, también se incentive el ingreso de vehículos eléctricos al país”, anotó.
Fuente: GESTIÓN.