El Ministerio de Energía y Minas (Minem) autorizó esta semana el inicio de las actividades de explotación del proyecto de cobre Tía María, ubicado en Arequipa, a cargo de Southern Perú Copper Corporation Sucursal del Perú, filial del Grupo México. La decisión marca un nuevo hito en la trayectoria de la iniciativa, cuya inversión asciende a US$1,802 millones y contempla una producción anual de 120,000 toneladas de cobre a partir de 2027.
De acuerdo con el último reporte financiero del Grupo México, el proyecto ya se encuentra en etapa temprana de construcción, con un avance del 90% en las carreteras y accesos principales. La minera informó que durante los próximos meses continuará con la habilitación del campamento temporal, el inicio de los movimientos de tierra y las labores de desbroce inicial. Asimismo, hasta julio último, se habían instalado 59 kilómetros de cerco vivo para la delimitación del terreno. La planta empleará tecnología ESDE (extracción por solventes y electro-obtención) con los más altos estándares ambientales internacionales.
Según las proyecciones de la empresa, Tía María generará ingresos por exportaciones de US$18,200 millones y aportará US$3,800 millones en impuestos y regalías durante sus primeros 20 años de operación.
Al cierre de junio de 2025, la minera reportó 1,376 nuevos empleos, de los cuales 802 fueron cubiertos por trabajadores locales. Durante la fase de construcción, se estima la creación de 3,500 puestos de trabajo, priorizando la contratación en la provincia de Islay. Una vez iniciadas las operaciones, previstas para 2027, el proyecto generará 764 empleos directos y 5,900 indirectos, consolidándose como uno de los polos productivos más relevantes del sur peruano.
Las otras operaciones de Southern en Perú
Además de Tía María, Southern Perú Copper Corporation avanza con dos proyectos estratégicos en el país: Los Chancas, en Apurímac, y Michiquillay, en Cajamarca. El primero contempla una inversión de US$2,600 millones para desarrollar una mina a tajo abierto que combine operaciones de concentradora y lixiviación, con el objetivo de producir 130,000 toneladas de cobre y 7,500 toneladas de molibdeno por año.
Los recursos estimados ascienden a 98 millones de toneladas de óxidos con una ley de 0.45% y 52 millones de toneladas de sulfuros con una ley de 0.59%. Actualmente, el proyecto se encuentra en proceso de definición del estudio de impacto ambiental (EIA), que será presentado en los próximos meses, y cuenta ya con un Acuerdo Macro suscrito con la comunidad campesina Tiaparo, firmado el 6 de junio de 2025, que regirá durante las etapas de construcción y operación.
Por su parte, Michiquillay, ubicado en Cajamarca, representa una de las iniciativas cupríferas greenfield más relevantes del país. Adquirido por Southern en 2018, este yacimiento alberga 2,288 millones de toneladas de recursos mineralescon una ley de cobre de 0.43%. Su desarrollo requerirá una inversión aproximada de US$2,500 millones y se prevé que inicie producción en 2032, con una capacidad de 225,000 toneladas de cobre anuales, además de subproductos como molibdeno, oro y plata. Con una vida útil estimada superior a 25 años, Michiquillay apunta a convertirse en una de las minas más grandes del Perú, impulsando la economía de Cajamarca mediante empleo local y aportes tributarios.
Al cierre de junio de 2025, el avance de exploración de Michiquillay alcanzaba el 45%, con 145,928 metros perforados de un programa total de 148,000 metros y 59,098 muestras analizadas. La información obtenida ha permitido desarrollar modelos geológicos y avanzar en la estimación de recursos minerales, actualmente en curso. El estudio geo-metalúrgico ha sido finalizado, mientras que los estudios hidrológicos, hidrogeológicos y geotécnicos están próximos a comenzar, consolidando el progreso de esta iniciativa dentro del portafolio de largo plazo de Southern Perú.
Fuente: GESTIÓN