Durante la convención minera Perumin 36, Fabiola Sifuentes, Vicepresidenta de Salud, Seguridad Industrial y Medio Ambiente de Antamina explicó que la mina de Antamina implica extender la vida útil del tajo minero en extensión y profundidad, lo que permitirá elevar las reservas de cobre en 500 millones de toneladas.
Asimismo, resaltó el compromiso de reducir la huella ambiental y anunció que la MEIA se encuentra en la etapa final de aprobación, con la expectativa de ser aprobada antes de fin de año. Por otro lado, la inversión prevista por Antamina para esta operación sería de 2 mil millones de dólares. Esto tendría un impacto económico a nivel del PBI de Áncash del 22% y en el país de 1,3%.
Según Sifuentes, si se concretaran los proyectos de cobre que se encuentran en la cartera de proyectos ‘brownfield’ en estos momentos, la producción de cobre en Perú podría aumentar en un 45%, lo que equivaldría a producir 2,7 millones de toneladas, contribuyendo significativamente a la demanda global de cobre.
En la mesa de discusión “Portafolio de inversiones Brownfield”, se presentaron los últimos avances acerca de la extensión de las operaciones mineras mediante la aprobación de nuevos instrumentos de gestión ambiental. Fabiola Sifuentes, en representación de Antamina, compartió detalles sobre la Modificación de Estudio de Impacto Ambiental (MEIA) de Antamina, un proyecto ‘Brownfield’.
Cabe resaltar que un proyecto Browfield » implica la expansión o extensión de una mina o una operación minera que ya está en funcionamiento. Esto puede incluir la explotación de nuevas áreas dentro de una mina existente, la ampliación de la capacidad de procesamiento, la optimización de procesos o la implementación de tecnologías más avanzadas para mejorar la eficiencia.
La inversión prevista por Antamina para esta operación sería de 2 mil millones de dólares. Esto tendría un impacto económico a nivel del PBI de Áncash del 22% y en el país de 1,3%.
A nivel social, el impacto de la minería en la región de Áncash ha traído un aumento de los ingresos fiscales de más de mil millones de dólares al año y una reducción de la pobreza que beneficia a un tercio de la población local. Además, se ha mejorado el acceso al agua, reducido la tasa de anemia e incrementado el acceso a la electricidad y a la educación secundaria.