2023 ya se perfilaba como un año complicado para los países latinoamericanos. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) advirtió esta tendencia y en su informe anual sobre perspectivas del comercio internacional de la región proyectó una caída de 2% en el valor de las exportaciones de bienes de América Latina y el Caribe. De paso, destacó la necesidad de fortalecer la integración para reducir la vulnerabilidad en un entorno comercial global incierto, con una amenaza constante de recesión e impactos negativos producto de alteraciones climáticas.
Un factor de esta caída ha sido el frenazo de la economía de China que incluyó un crisis en el sector inmobiliario, deflación y también la contracción de sus exportaciones. Este episodio representó una amenaza para América Latina, altamente dependiente de las exportaciones de materias primas al gigante asiático, impactó a países claves como Chile, Perú, Brasil y Argentina y perjudicó también contratos en países donde se estaba promoviendo el uso del renminbi: Argentina, Brasil y Venezuela.
Por otro lado, están los fenómenos climatológicos. A puertas de un nuevo fenómeno El Niño, es previsible que las lluvias e inundaciones, sequías y golpes de calor afecten al sector exportador, sobre todo al agroindustrial. De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial (OMM), se prolongará al menos hasta abril de 2024.
Adicionalmente, hay que sumar la inestabilidad política de ciertos países como un factor más de la caída de las exportaciones en la región.
URUGUAY Y EL SIRA
En 2023, las exportaciones uruguayas descendieron 13% versus 2022, año récord para los envíos al exterior del país oriental. Esto debido al impacto de la sequía en la producción agropecuaria y factores externos como una menor demanda y la caída de precios en los commodities. Sin embargo, su sensibilidad con la política Argentina pareciera surtir efectos positivos para este año, puesto que una de las primeras acciones económicas del gobierno de Javier Milei incluyeron la eliminación del Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA). Este representaba un costo estimado de al menos US$ 22,5 millones para los exportadores uruguayos, según la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU).
Según el Ejecutivo, hay al menos 600 permisos de importaciones de bienes uruguayos pendientes de autorización por parte de Argentina.
“DESCARBONIZACIÓN” COLOMBIANA
Pero no todas las decisiones de los mandatarios tienen este efecto. En Colombia, durante el periodo enero-noviembre de 2023, las exportaciones experimentaron una significativa disminución del 13,7% en comparación con el mismo periodo del año anterior. La caída más pronunciada se observa en el sector de combustibles y productos de las industrias extractivas, que representaron el 51% del valor total de las exportaciones.
Esta tendencia se alinea con la visión del presidente Gustavo Petro, quien aboga por una «descarbonización de la economía» para disminuir la dependencia de los combustibles y propone impulsar el turismo y fomentar la generación y exportación de energías más limpias, como las provenientes de hidroeléctricas, parques eólicos e hidrógeno verde.
Por ahora y manteniendo su promesa desde el inicio de su mandato, Petro ha cerrado la posibilidad de nuevas contrataciones para la exploración de petróleo y gas, lo que hace que el país dependa de sus reservas actuales y posibles hallazgos en contratos existentes.
BALANZA EXPORTADORA DE CHILE Y PERÚ
Las exportaciones peruanas cerraron el año 2023 con un ligero descenso del 0,3%, según el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur). Este resultado se atribuye a diversos factores, como la amenaza constante de recesión a nivel internacional y las alteraciones climáticas que afectaron la producción agropecuaria, especialmente en la pesca, arándano y limón.
No obstante, el país ha logrado equilibrar la situación gracias sus 22 acuerdos de libre comercio en vigencia. Para este año tiene en la mira nuevos acuerdos con India, Hong Kong y Tailandia, así como la modernización del TLC con China.
Chile, por su lado, a pesar de que arrastra una sequía de 15 años, las inundaciones durante el fenómeno El Niño afectó a más de 500 rutas, cerca de 30 puentes caídos y 90 infraestructuras sanitarias perdidas. El país austral terminó el año con nueve meses que marcaron una tendencia negativa en sus exportaciones.
De acuerdo con las últimas cifras del Banco Central, en diciembre experimentó una baja de 13,9% respecto al mismo mes del año anterior, y en específico, el sector agropecuario-silvícola y pesquero cayó 16,5%.
A pesar de que tanto a Perú como a Chile les impactó el fenómeno climatológico, la crucial diferencia es que el primero puso en marcha una de las recomendaciones de CEPAL en su último informe, pues sus estratégicos TLC explican cómo el cierre gradual de la brecha regional a través de la infraestructura y transporte, ahora también potenciado por el megapuerto de Chancay —o nueva ruta de la seda—, influye a favor pese a un contexto socioeconómico y político en crisis. Otra recomendación es “explorar opciones innovadoras de financiamiento como fondos para infraestructura verde e inversionistas institucionales”.
En suma, queda claro que la respuesta de cada país a estos desafíos refleja la importancia de las decisiones políticas y estrategias comerciales en medio de un entorno incierto.