La movilidad eléctrica va ganando terreno a nivel global, y Perú no es la excepción. Según la Agencia Internacional de la Energía (IEA), se espera que para el 2030 circulen 125 millones de modelos eléctricos en el parque vehicular mundial. Y de acuerdo con la Asociación Automotriz del Perú (AAP), actualmente se cuenta con más de 3 mil vehículos electrificados – entre híbridos y eléctricos – que circulan en el territorio nacional.
Para la multinacional ABB, que lidera la producción y comercialización de infraestructura de carga para vehículos eléctricos en el mundo, Perú es un mercado que debería impulsar la masificación de autos eléctricos, mediante la incorporación de cargadores en proyectos inmobiliarios.
“Muchas constructoras están comprendiendo que este futuro ha venido para quedarse. Es así, que hoy en día, las empresas en Perú están incorporando, desde el diseño de los planos, la infraestructura para cargadores eléctricos de uso domiciliario y comercial. Esta integración se está dando principalmente en proyectos como: vivienda, edificación, oficinas, departamentos, centros comerciales e industria”, señaló Jhonny Guerrero, especialista en movilidad eléctrica de ABB en Perú.
Indicó además que esta demanda de infraestructura surgió a raíz del crecimiento de nuevas construcciones a nivel nacional- durante el 2021 y lo que va del 2022, época post pandemia – lo que advierte un crecimiento significativo de la movilidad eléctrica para vehículos particulares en el país en las siguientes décadas.
Esta creciente exigencia del mercado de vehículos eléctricos demandará infraestructura que – de acuerdo a Guerrero – la multinacional suiza ABB cuenta con capacidad para atender con soluciones como cargadores lentos, semi rápidos y rápidos, diseñados para cargar en cuatro a cinco horas, dos horas o en 10 minutos respectivamente. La primera de estas tres tecnologías se aplica en un entorno residencial, de oficinas, parqueo público, mientras que las dos últimas tecnologías apuntan a servir a centros comerciales y estaciones de carga como los grifos.
Como muestra de este avance, en este año la compañía de tecnología está implementando cinco proyectos de integración de infraestructura de carga, entre oficinas y residenciales. De igual modo señaló Guerrero, las cotizaciones con proyectos inmobiliarios, constructoras e industria, van en aumento pasando el millón de dólares en sólo infraestructura de carga para vehículos eléctricos.
Respecto a los beneficios económicos de estas soluciones indicó que, aunque el costo inicial por la adquisición de un vehículo eléctrico es elevado, el ahorro en combustible, como en costos de mantenimiento es importante. Hoy en día se puede lograr un ahorro de entre 5 y 10 veces lo que consume un vehículo convencional con gasolina, mientras que el costo de operación se podría reducir hasta en un 40%, ya que, el mantenimiento es por limpieza y no por cambio en consumibles o repuestos.
Infraestructura para flotas
De otro lado, Guerrero aseguró que la implementación de la movilidad eléctrica en flotas de taxi y buses representaría un potencial para dinamizar este sector del mercado y sostener los compromisos hacia la movilidad eléctrica y la transición energética, como del Acuerdo de París que busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Señaló que es importante proponer plazos para que las medidas o normativas puedan avalar la masificación e ingreso de buses eléctricos en el sistema de transporte público, tales como los que se han propuesto en países como Chile. La infraestructura para este tipo de vehículos de pasajeros estaría orientada a cargadores ultra rápidos que pueden llegar a cargar un bus en menos de una hora en un establecimiento específico o en su defecto incrementar la infraestructura de carga dentro de la ciudad.
Retos de la movilidad eléctrica
Si bien existe el compromiso del país por incentivar la movilidad eléctrica, aún no hay avances significativos respecto a las normativas para implementar la infraestructura de carga en la vial nacional. Así, señaló el especialista, que es clave la participación del Gobierno debido a que se necesita un marco normativo para su gestión y la implementación de incentivos, como los que se han implementado en países de la región como Colombia y Chile, para su compra y uso.
“Replicar incentivos como el bono de chatarreo o bajar el IGV por un periodo de 2 o 3 años para la adquisición de vehículos eléctricos e infraestructura de carga sería clave, así mismo integrar las acciones de los diferentes ministerios, para que, desde sus diferentes competencias promuevan esta transición que trae beneficios de salud, económicos y medioambientales”, finalizó.