Con base en datos de 2022 del Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), se estima que, para 2050, el aumento del consumo de agua en el mundo será del 20% al 30%. Entre las áreas que más consumen agua, la líder es la agricultura y la ganadería, seguida de las actividades industriales.
Otro punto es el gran desperdicio por fallas en el suministro. Un estudio del Instituto Trata Brasil reveló que el país pierde casi 7.800 piscinas olímpicas todos los días. En este contexto, junto a la posibilidad de escasez del recurso, los diversos sectores y políticas públicas necesitan buscar con urgencia alternativas que permitan reducir los impactos del consumo desorbitado de agua.
Si queremos asegurar el recurso en nuestro futuro, tenemos que poner la sostenibilidad del agua junto con los objetivos de cero emisiones netas en el centro de nuestras discusiones. Sin embargo, la pregunta es: ¿cómo adaptarse en medio de tantos otros problemas que demandan atención, como el escenario macroeconómico de inflación que afecta a toda la cadena productiva?
La respuesta está en automatizar los procesos con tecnologías que ayuden a las empresas a producir más con menos, lo que contribuye no solo a reducir el consumo de agua sino también a la eficiencia de las instituciones en su conjunto, independientemente del sector en el que operen.
El proceso de digitalización es desafiante y requiere un largo camino, comenzando por medir el impacto en el consumo de las empresas y proveedores de agua. A través de soluciones basadas en inteligencia artificial para el análisis de datos, es posible tener una visión real y precisa del uso de los recursos naturales en cada punto de la cadena.
Para ello, es necesario adherirse a los sistemas IoT (Internet de las Cosas), a través de los cuales las empresas pueden recopilar estos datos y no solo analizarlos en tiempo real, sino también anticiparse a los problemas y, con ello, la corrección predictiva. Con soluciones automatizadas, es posible detectar, en sitio o de forma remota, fugas, pérdidas de agua y fallas, para evaluar el desempeño del consumo de agua.
En este sentido, cada detalle se convierte en dato importante para que la toma de decisiones en el uso inteligente del agua sea más asertiva. Incluso identifica momentos en los que el consumo de agua es mayor o menor, generando alertas para identificar anomalías. Además de reducir pérdidas, los sistemas IoT pueden realizar otras funcionalidades, como la gestión remota del control de flujo y presión de agua y la dirección dinámica de la red, garantizando el suministro en ciertas regiones que requieren altas demandas.
En sectores de alto consumo, como la agricultura y la industria, los dispositivos tecnológicos permiten que los medidores de agua envíen información sobre patrones de consumo de agua en tiempo real a los centros de control y monitoreo.
Como empresa de servicios públicos global, existen enormes cantidades de datos y fuentes variadas que se pueden aprovechar para hacer realidad una visión más sostenible del agua en nuestro futuro. Sin embargo, es necesario que todos los involucrados en la industria adopten soluciones inteligentes, logrando un mayor nivel de colaboración, para un mejor uso de los datos intersectoriales y el intercambio de conocimientos. Así, caminamos juntos hacia la innovación y nuevos estándares de suministro y consumo de agua sostenible.
El tiempo es crucial en la lucha por lograr un futuro mejor. Ahora necesitamos adoptar sistemas digitales de gestión del ciclo del agua de vanguardia para acelerar los planes de sostenibilidad basados en datos. Planificar, gestionar, mantener y optimizar la infraestructura de tratamiento de recursos a través de la transformación digital beneficiará a proveedores, clientes, empresas y al medio ambiente.