Según el informe World Air Quality Report 2022 de la empresa suiza de tecnología de calidad del aire IQAir, en Sudamérica, Perú es el país con la peor calidad del aire y, a la vez, la segunda nación con más muertes prematuras atribuibles a la polución. Asimismo, de acuerdo con la Dirección de Control y Vigilancia del Ministerio de Salud (MINSA), la concentración de material particulado a nivel nacional es tres veces superior a lo considerado como aceptable por la OMS.
En Lima, según Ambipar Environment Perú, los distritos con mayor concentración de material particulado, mezcla de partículas sólidas y gotas líquidas que se encuentran en el aire, entre las cuales destacan el polvo, humo, hollín, entre otros; son San Juan de Lurigancho, Villa Maria del Triunfo, Carabayllo, Cercado de Lima y Santa Anita. Estos, a su vez, se encuentran entre los más poblados de la capital.
Esta situación es, sin duda, preocupante pues está comprobado que un nivel elevado de gases contaminantes genera una mayor incidencia de enfermedades respiratorias como asma, bronquitis u otras; y favorece el desarrollo de enfermedades cardíacas, ataques al corazón y derrames cerebrales.
La expansión desenfrenada del parque automotor, las emisiones industriales sin control, la geografía que limita la circulación del aire, la quema informal de residuos, entre otros, son los principales factores de emisión de gases contaminantes.
Energías Renovables: una solución para mejorar la calidad del aire
Las energías renovables surgen como una alternativa para reducir la contaminación. Al eliminar la dependencia de los combustibles fósiles, se reducen las emisiones de CO2 y otros gases invernaderos durante su operación, contribuyendo directamente a la mejora de la calidad del aire y, consecuentemente, la salud pública. Esto ha ocasionado que los limeños vivan 4.7 años menos, de acuerdo a estudios de la Universidad de Chicago.
“Desde una perspectiva económica, a pesar de que la inversión inicial en tecnologías renovables puede ser alta, los costos operativos son menores y, en muchos casos, la energía producida resulta ser más barata a largo plazo. Además, la industria ha demostrado ser una fuente significativa de empleo, desde la investigación y desarrollo hasta la construcción y operación de instalaciones. Es por ello que desde Ambipar hemos priorizado apostar por el cambio de matriz energética y la generación de una propuesta de soluciones ambientales para nuestros clientes y así reducir el nocivo impacto ambiental”, comentó Gino Roque, Subgerente de Flota de Ambipar Environment.
En el caso puntual de Lima, si bien se ha avanzado en la integración de fuentes renovables en su matriz energética, la mayoría de la electricidad consumida en la ciudad aún proviene de fuentes no renovables, como el gas natural. Además, en comparación con el resto de Latinoamérica, la capital aún tiene un largo camino por recorrer para alcanzar a los líderes regionales en términos de adopción de energías alternativas.
Ante este escenario, urge una transición hacia una matriz más limpia que no solo es esencial para combatir el cambio climático, sino que también tiene el potencial para impulsar la economía local, crear empleos y mejorar la calidad del aire y la salud pública. Para ello, es fundamental establecer sinergias entre el sector público y privado, al optar por las energías renovables y lograr un cambio conjunto.