De acuerdo con el Ing. Mario Cedrón, docente en prestigiosas universidades del país, la antiminería se ha convertido en un problema político que se alinea con el postextractivismo, lo cual requiere apoyo del Estado para poder afrontarlo.
En su exposición brindada en el Jueves Minero, organizado por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP) en el marco de su 80 aniversario, indicó que “el postextractivismo es una construcción política que surge a principios de este siglo y busca limitar las actividades extractivas al mínimo para satisfacer solo el consumo local, responde a conceptos del ambientalismo fundamentalista”.
Asimismo, explicó que la narrativa antiminera en el país ha ido ganando terreno a partir de 1999, con la creación de la Confederación Nacional de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería – CONACAMI y ONGs locales e internacionales, que han satanizado los proyectos mineros y frenado su desarrollo.
“Tomaría mucho tiempo nombrar todos los mitos los mitos antimineros y desmitificarlos, no son solo temas ambientales, se habla también de la tributación, empleo, pobreza, DD.HH., etc. Todo ello es necesario contrarrestarlo, y se ha venido haciendo, la pregunta es ¿Por qué a pesar de todo el esfuerzo de más de 2 décadas, aún siguen vigentes dichos argumentos?”, apuntó.
Analizando la situación, Cedrón precisó que hay un problema de credibilidad al sector, una cierta predisposición de la población peruana a tomar por verdad las críticas que muchas veces se basan en mentiras, y una apelación al factor emocional que resulta clave para el discurso antiminero.
Por lo tanto, es difícil contrarrestar todo ello con argumentos solo racionales. El expositor hizo énfasis en que la industria minera debe actuar de manera conjunta y también apelar a la emoción, para lo cual el marketing social brinda una muy buena oportunidad de cambio en las percepciones y actitudes.
“Acá se tiene que apelar mucho a la emoción y que la gente quiera a la minería como quiere el pisco sour”, resaltó Cedrón.
Del mismo modo, sugirió que se refuerce la presencia del sector minero con información clara y transparente a través de medios de comunicación formales. Y que haya mayor acercamiento con los colegios, institutos y universidades que es en donde se forman las nuevas generaciones.