«En este nuevo corredor minero ilegal se centran casi todos los males: bandas criminales, asesinatos y sicariato, corrupción, mercado negro, etcétera».
Se acostumbra a decir que en el sur peruano existe un corredor vial sur minero que abarca varias regiones, entre ellas Apurímac, Cusco, Moquegua y Arequipa. En este corredor la producción fundamentalmente es de cobre y se ubican varias empresas mineras de clase mundial. En otro momento trataremos cómo la criminalidad, la ilegalidad y la informalidad están mellando este denominado corredor vial sur.
No obstante, cuando decimos que se ha consolidado un nuevo corredor de minería ilegal nos referimos no a varias regiones sino sobre todo a una sola: La Libertad. Este corredor de minería ilegal integra las ciudades de Santiago de Chuco, Quiruvilca, Huamachuco, Pataz. También se integran porciones de Llacuabamba y Sanagorán. Vale decir antes que aquí también convergen operaciones mineras formales que están a merced de la criminalidad.
Si entendemos que hay un corredor minero, pero de la economía ilegal, entonces podremos organizar algunas nuevas estrategias para poder hacerle frente a semejante flagelo. Por ejemplo, si se tuviera que declarar el estado de emergencia sería en todo este corredor y no solo en Pataz como ahora se hace. De allí que muchas de las bandas que se centran en Pataz también pululan por Huamachuco o Quiruvilca, distrito este último rico en minería polimetálica.
Asimismo, si consideramos la existencia de este nuevo corredor podríamos ejecutar un proyecto piloto de formalización para separar la “paja del trigo” como se dice; piloto que, dicho sea de paso, integre a todas las instituciones que tienen injerencia de acuerdo a la normativa en la formalización minera. Se trata entonces de un enfoque territorial de la ilegalidad y la criminalidad en minería sobre todo aurífera.
Sin embargo, para planificar acciones con este nuevo enfoque se necesita de la decisión política del Ejecutivo como del Gobierno Regional de La Libertad.
En este nuevo corredor minero ilegal se centran casi todos los males: bandas criminales, asesinatos y sicariato, corrupción, mercado negro, etcétera. En otras palabras, hay un Estado corrupto que es enemigo de las inversiones privadas en la minería moderna.
Fuente: PERÚ21