Los directores del Banco Mundial (BM) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtieron que los aumentos de las tasas de interés están agobiando a los países pobres justo en momentos en que están lidiando con la pandemia del coronavirus y con las presiones inflacionarias.
Hay “una enorme acumulación de deuda, especialmente en los países más pobres”, declaró en conferencia de prensa el presidente del BM, David Malpass. “A medida que aumentan las tasas de interés, las presiones de las deudas aumentan sobre los países en desarrollo y debemos hallar soluciones con urgencia”.
Malpass afirmó que “la crisis de deuda” es uno de los temas examinados en las llamadas reuniones de primavera que están teniendo lugar esta semana entre el BM y el FMI, que ya estaban dominadas por asuntos sombríos como la guerra en Ucrania, la pandemia del coronavirus y la aletargada economía mundial.
La directora del FMI, Kristalina Georgieva, manifestó que un 60% de los países de bajos ingresos están en “crisis de deuda”, es decir, sus pagos de deuda equivalen a la mitad del valor de sus economías nacionales.
Los países que a duras penas pueden pagar a sus acreedores no podrán ayudar a sus ciudadanos más necesitados en momentos en que la guerra en Ucrania está interrumpiendo los envíos de alimentos y aumentando los precios de los comestibles.
Varios países del mundo se endeudaron para poder financiar su respuesta nacional a la pandemia y amortiguar las crisis económicas suscitadas a raíz de los confinamientos colectivos. El FMI calcula que en los países de bajos ingresos, los pagos de deuda serán más del 50% de su Producto Bruto Interno este año, comparado con 44% en el 2019.
La masiva asistencia económica internacional surtió efecto, provocando una recuperación inesperadamente rápida después de la recesión del 2020.
Sin embargo, la recuperación tomó por sorpresa a los negocios y la súbita demanda de los consumidores causó trabas en fábricas, puertos y sitios de carga. Los envíos se hicieron más lentos y los precios subieron.
El FMI pronostica que los precios al consumidor aumentarán en 8.7% este año en los países en desarrollo y 5.7% en los países desarrollados, sus cifras más altas desde 1984.
Los bancos centrales del mundo han respondido a esta disyuntiva aumentando las tasas de interés, a fin de ahuyentar la inflación, pero los aumentos de las tasas agravarán la carga de deuda, particularmente en los países pobres.
A medida que suben las tasas en Estados Unidos, probablemente atraerán allí a los inversionistas, alejándolos de los países pobres. Ello podría deprimir las divisas de los países menos favorecidos y obligarles a pagar más por alimentos y otros productos importados.
Fuente: GESTIÓN.