La ex primera ministra del Perú, Mirtha Vásquez, renunció ayer a su cargo, lo que significa que el presidente Pedro Castillo, propenso a estas crisis, necesitará encontrar su tercer premier en seis meses.
Hemos escrito repetidamente que la política melodramática del Perú tiene poco efecto sobre los activos. Cada vez es más difícil creer ese argumento a medida que la inexperta administración de Castillo va dando tumbos de una crisis a otra.
El sol tiende a ser muy aburrido, gracias a la intervención activa del banco central, que apunta a la estabilidad de la moneda en una economía fuertemente dolarizada. Los bonos soberanos tienen una beta baja similar, en tanto la telenovela hasta ahora no ha afectado la capacidad de pago del país.
Castillo casi no tiene antecedentes políticos y una base de apoyo cambiante, lo que lo hace difícil de predecir. La clave a observar es si Pedro Francke mantiene su puesto como ministro de Economía y Finanzas. Es relativamente popular entre los inversores y, si se va, los bonos podrían verse afectados.
Los economistas redujeron el pronóstico de crecimiento del Perú para este año a 3.25% desde 4.2% en marzo pasado, pero los swaps de incumplimiento crediticio (CDS) se han estado negociando lateralmente.
Los CDS en realidad han superado a pares como Chile, Panamá y México desde que Castillo asumió el poder, lo que sugiere que los inversionistas están tan desconcertados como todos los demás por su comportamiento y preparados para seguir mirando más allá.
El presidente sobrevivió a un intento de vacancia o juicio político en diciembre, pero aún parece poco probable que llegue al final de su mandato. Después de todo, ninguno de sus predecesores recientes lo ha hecho.
Fuente: GESTIÓN.