En los últimos veinte años, el gas natural (GN) es el insumo que más penetró en la matriz energética nacional. Pero, del otro lado, en algunos segmentos, donde por el tiempo transcurrido su uso debería ser masivo, el consumo del GN aún no despega.
Esto se puede concluir de estudio que realizó Macroconsult y de una investigación de Centrum PUCP, respecto a la evolución en la demanda de diversos tipos de energía que conforman la matriz energética del Perú.
Según un análisis de Gonzalo Tamayo, socio de Macroconsult, entre los años 2000 y 2021, el consumo de la energía en el país creció cerca del 70%. De los cinco tipos principales de energía entre ese periodo, el gas natural representó el 24.8%.
Sin embargo, al analizar la participación de cada fuente energética según el sector de consumo, en el transporte la principal fuente sigue siendo el diésel, con un 57%, seguido por las gasolinas con un 24%, el gas licuado de petróleo (GLP) con el 8%, mientras el gas natural solo representa el 6%.
En el segmento industrial, la electricidad sigue siendo la principal fuente de energía, con el 42%, pero seguido por el gas natural en segundo lugar, con un 22% de participación, el diésel en tercer lugar (12%) y el GLP en cuarto (7%).
En total (considerando todos los tipos de demanda), el diésel es la principal fuente energética consumida (29%), seguido por la electricidad (20%), mientras el gas natural se disputa el tercer lugar (11%) junto con las gasolinas (11%) en tanto el GLP representa el 10%.
¿Quiénes consumen más gas natural?
Tamayo observó que el gas natural, se consume en 1.9 millones de hogares, 441,000 vehículos, 105,000 empresas y en 38 plantas generadoras termoeléctricas, pero que el 90% de su uso se concentra en Lima y Callao.
Así, de los 662 millones de pies cúbicos diarios (mmpcd) de gas natural que demanda en total la concesión de Cálidda, la mayor parte (432 mmpcd) los consumen las generadoras; 129 millones la industria; 69 millones el GNV, y solo 33 millones las residencias y comercios.
Uso para cocción de alimentos
Tamayo, el también exministro de Energía y Minas observa que en el segmento residencial, al 2022, hay consumos diferenciados en el uso del gas natural para cocción de alimentos a nivel de las diversas concesiones de distribución de ese combustible.
Así, en el área de concesión de Cálidda, refiere, un 32% de hogares usa GN para cocinar, pero más del doble, un 65% aún prefiere seguir usando balones de gas propano (GLP), a pesar que el primero resulta 46% más barato que el segundo.
Aunque, la diferencia es más marcada en el resto de concesiones de distribución del GN. Por ejemplo, en la concesión de Contugas, en Ica, un 18% de viviendas usa GN para cocinar y el 79% aún usa GLP; mientras que en la concesión de Quavii al norte, solo 11% de viviendas lo usa para cocción de alimentos, y el 80% aún emplea gas propano.
La situación es peor en la concesión del suministro de GN que administra Petroperú en Arequipa, Moquegua y Tacna, donde apenas el 1% usa ese insumo en la cocina, y el 94% prefiere el uso de balones de gas.
Este menor consumo doméstico en concesiones del interior está relacionado al menor ahorro que significa usar GN versus GLP, debido a que el primer gas no se transporta en gasoducto (como el caso de Cálidda) sino en cisternas especiales (ductor virtuales), lo que hace más caro al GN en el interior que en la ciudad capital, si bien en todos los casos es más barato que el GLP.
Más se usa leña que GN en la cocina
Según Luis del Carpio, director de Centrum Cathedra de la PUCP, entre el 2018 y el 2022, la penetración del GN en hogares urbanos del país para la cocción de alimentos aumentó en 9 puntos porcentuales, pasando de 8% al 17%, pero aún el 69% en las ciudades cocina con GLP.
En total, al último año, refiere citando cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), había 1.3 millones de hogares cocinando con GN, pero hay más gente que usa biomasa (leña, bosta, etcétera) para cocinar (2.6 millones de viviendas), en tanto que el grueso (5.7 millones) usaban GLP para el mismo fin.
¿Qué hacer ante esta realidad?
El estudio de Centrum concluye en que esta evidencia mostrada señala que la masificación del GN a nivel residencial debe ser prioridad de la política energética, para impulsar el desarrollo sostenible y la reducción de la pobreza en el Perú.
Fuente: GESTIÓN.