Se sabe que la minería es una actividad económica imprescindible para el país. Según datos del Ministerio de Energía y Minas, Perú es el segundo productor de plata, cobre y zinc a nivel mundial; también, es el primer productor de oro, zinc, estaño, plomo y molibdeno en América Latina. En este contexto, además, es importante revisar las tendencias que se vienen para este sector en el país y el mundo.
Esto sin duda afirma que, la minería es esencial para crear la mayor parte de lo que usamos en la sociedad, desde carreteras y puentes, hasta computadoras y equipos médicos. La tendencia será que la industria se volverá aún más importante a medida que hacemos la transición a una economía baja en carbono, dado que los metales y minerales, como el cobre, el aluminio y el litio, son insumos cruciales que se usan en aplicaciones desde vehículos eléctricos hasta turbinas eólicas y paneles solares.
“Es paradójico, dado que la minería es una industria extractiva responsable de entre el 4 y el 7 por ciento de las emisiones globales de gases. Pero, dado que no hay sustituto para estos productos básicos esenciales, la industria minera deberá descarbonizarse para convertirse en una parte del futuro bajo en carbono” afirma Sebastián Giraldo, director de Industrial Automation para el Clúster Andino en Schneider Electric.
En esa misma línea, el informe de Deloitte, Tracking the Trends 2022, plantea 10 tendencias que transformarán el camino de la industria minera. Entre los cuales resalta, por ejemplo, alinear la asignación de capital con los indicadores ASG, remodelar las cadenas de valores tradicionales, para un futuro bajo en carbono y la incorporación de los criterios ASG en la organización.
La apuesta para impulsar la minería responsable se rige bajo el asesoramiento corporativo y la implementación de soluciones que combinan la Industria 4.0 y el Internet de las Cosas (IoT) y que permiten tener el control de cada uno de los procesos y de las áreas a fin de obtener operaciones óptimas, seguras y sostenibles.
Frente a dicho panorama, Sebastián Giraldo, añade que, “el desarrollo del sector está evolucionando, cada día tiene mejor percepción y tiene de por sí una representación importante para la economía. Diferentes mineras ya están, por ejemplo, utilizando sensores durante la fase de extracción para recopilar más información sobre cada balde o cuchara de pala, lo que aumenta el rendimiento, ayuda a conservar el uso de agua y reducir el desperdicio de relaves”.
Cabe destacar que, mediante la digitalización de la energía, se busca optimizar el trabajo, tener mayor productividad, disminuir los costos de operatividad, reducir o eliminar los riesgos, optimizar los tiempos en la ejecución de tareas y lograr una mejor seguridad en la labor que se realiza en estos lugares de alto impacto.
“Los macrodatos también se pueden usar para el monitoreo en tiempo real de personas y máquinas en el sitio de la mina, para ayudar a mejorar la productividad, aumentar la seguridad y proteger el medio ambiente”, agrega Giraldo. “Cuanto más conectada está una mina, más eficiente y preparada estará para el futuro digital”, finaliza.