El optimismo en la opinión pública que generó el reciente anuncio de cuatro convenios de inversión en exploración minera que fueron suscritos entre el Estado y empresas de capitales extranjeros, contrasta con la reacción calmada y lúcida del ingeniero geólogo Miguel Cardozo, para quien este hecho solo reconfirma la insuficiencia de nuevas iniciativas de descubrimiento.
“Estos contratos están referidos a la devolución del IGV e impuesto municipal a las empresas de exploración que invierten en un proyecto. Es un procedimiento normal y el número de contratos firmados depende del número de proyectos de exploración que tienen los permisos ambientales y la autorización de inicio de actividades”, afirmó el actual director del IIMP.
En efecto, evidenció que hasta el 2014 se firmaban más de 20 o 25 contratos de inversión en exploración minera por año; no obstante, desde el 2015 la cifra descendió a entre 10 y 13, y desde el 2019 se llegó hasta 4-5 por año, por lo que no resulta novedad que alcancemos nuevamente este misma cantidad de contratos en lo que va del presente año.
“Esto es una demostración de que cada vez tenemos menos proyectos de exploración que obtienen todos los permisos correspondientes. Esto se debe a la regulación ambiental excesiva para proyectos que no causan impactos ambientales relevantes”, atribuyó el flamante presidente ejecutivo de la trigésimo sexta edición de PERUMIN Convención Minera.
En relación con las circunstancias que debieran impulsar el mayor atractivo del Perú ante potenciales inversionistas mineros, sostuvo que es necesario contar con un marco normativo social y ambiental con “menos burocracia, más eficiencia, promoviendo y facilitando la exploración, menos conflictos sociales, normas razonables y protección de la inversión”.
Perfil geológico peruano
En cuanto al perfil geológico del país, resaltó que de los múltiples cinturones mineralizados a lo largo de los andes peruanos, cinco de ellos aportan el 85% de la producción mineral del país, entre ellos, el cinturón polimetálico del centro, considerado el segundo productor global de zinc, plomo y plata, y donde se encuentran operaciones como Antamina, Colquijirca y Milpo.
En similar sentido, destacó los cinturones epitermales de oro y plata, que en conjunto se extienden a 2,000 km de largo, incluyen depósitos de oro de clase mundial, poseen potencial para otros grandes sistemas epitermales ocultos, y albergan a conocidas operaciones mineras, tales como Antapite, Lagunas Norte, Shahuindo, Tantahuatay, Yanacocha y La Zanja.
En adición, señaló el cinturón de pórfidos de cobre y oro del centro-norte del periodo Mioceno (Cerro Corona, Michiquillay y Toromocho), el cinturón de pórfidos y skarn de cobre del sudeste del periodo Eoceno-Oligoceno (Antapaccay, Constancia y Las Bambas), y el cinturón de pórfidos de cobre del suroeste del periodo Paleoceno (Cerro Verde, Toquepala y Quellaveco).
Fuente: IIMP.