YPF, la petrolera estatal de Argentina, definió un plan que le permitirá cuadruplicar su valor en los próximos cuatro años haciendo foco de las inversiones en el yacimiento de hidrocarburos no convencional de Vaca Muerta, retirándose ordenadamente de áreas que dan pérdidas y suman ineficiencia, y poniéndose al frente de la industria para incrementar las exportaciones de gas y petróleo y concretar el megaproyecto de GNL.
La llegada de su nuevo presidente y CEO, Horacio Marín, puso a la empresa lejos del debate sobre su posible privatización y ya tiene desarrollado los pilares de un plan denominado 4×4 que consiste en cuadruplicar el valor de mercado de su acción en los próximos 4 años, a partir de objetivos cuyas cifras recién dará a conocer a los inversores en los primeros días de marzo.
Fuentes de la compañía señalaron a Télam que la experiencia de Marín en la industria durante los últimos 35 años permitirá trabajar en detalle en la aplicación de procesos para la mejora de la productividad en todos los segmentos, lograr una operación más eficiente, tanto en el upstream como en el downstream, e incrementar la generación de valor, tal como hacen las mayores compañías del sector a nivel global.
Al trazar un mapa de los planes de la empresa, destacaron que siguiendo el modelo del gigante brasileño Petrobras -que hoy produce 3,5 millones de barriles de petróleo diarios-, YPF se propone liderar el desarrollo de los hidrocarburos con la perspectiva de alcanzar en conjunto hacia 2030 los US$ 30.000 millones de exportaciones, y hacer de la energía un vector de desarrollo de la economía y de reducción de la pobreza.
LOS CUATRO EJES CLAVE PARA EL DESARROLLO DE VACA MUERTA
El primero de los cuatro ejes del plan de la Nueva YPF es hacer foco y acelerar en lo más rentable que tiene YPF que son sus operaciones en el no convencional de Vaca Muerta, donde cuenta con casi la mitad del acreaje y lidera desde hace una década el conocimiento de la roca que es reconocida a nivel mundial por su productividad.
El segundo eje que deviene de la focalización es la gestión del portafolio, lo que implica la desinversión en activos de yacimientos convencionales, así como la revisión de la participación de YPF en otras empresas, con una particular valoración del rol de YPF Luz y de Y-Tec, que se dedicará exclusivamente a la búsqueda de soluciones para el sector energético.
La decisión ya anunciada de desinvertir en las áreas muy maduras le abrió a la compañía las primeras tensiones con los gobiernos provinciales, pese a lo cual la expectativa es lograr definir para el segundo semestre del año una salida «con paz social» -en acuerdo con autoridades y sindicatos- de áreas que hoy dan pérdida a la compañía.
Un tercer eje menciona a la búsqueda de operaciones más eficientes ante el convencimiento de que si no se trabaja en los procesos de cada área, la productividad es muy baja, algo que no implica ninguna reforma laboral ni la delegación de responsabilidad en los contratistas sino la aplicación de formas de trabajo basadas en la digitalización y técnicas de producción como las de la automotriz japonesa Toyota, con la cual tiene un acuerdo de cooperación.
Finalmente, YPF se propone para esta nueva etapa dar impulso final a su proyecto de Gas Natural Licuado (GNL) con rentabilidad y competitividad local, pero con el convencimiento que ese negocio es viable únicamente si es «único a nivel país» y no atomizado en cada empresa de la industria, ya que a demanda de inversión y de infraestructura es gigante.
EL GNL es la gran oportunidad de monetizar Vaca Muerta, para lo cual la decisión, ya anticipada por la anterior gestión de la compañía, es abrir el proyecto a otras petroleras que producen en la cuenca neuquina para empezar a discutir en marzo un esquema de colaboración con las cuatro o cinco operadoras que ya expresaron su interés.
Fuente: AMERICA ECONOMÍA