La economía peruana se contrajo en el primer trimestre, teniendo detrás una demanda interna a la baja. La debilidad de esta última podría mantenerse en el segundo y tercer trimestre del año.
La demanda interna contempla al gasto de las familias y empresas en bienes y servicios (consumo privado), de las firmas en equipos y maquinaria para producir (inversión privada), y del gobierno (consumo e inversión pública).
Según el último informe de FocusEconomics Consensus Forecast LatinFocus de mayo, el consenso de analistas proyecta un crecimiento de demanda interna de 0.9% para el segundo y tercer trimestre. En el primer trimestre, la caída de este agregado fue de 1.4%.
No se tiene una caída en este indicador (exceptuando el 2020) desde el primer trimestre del 2017. Asimismo, niveles por debajo del 1% no se ven desde el segundo trimestre de ese año.
La debilidad de la demanda interna en los primeros tres meses del 2023 tiene un correlato con la contracción de la inversión privada (-12%), y la desaceleración del consumo privado (0.7%), el que, según el consenso de analistas, caería en 0.4% en el segundo trimestre.
La inversión privada, según análisis de Macroconsult e IPE, caería, aunque en menor magnitud, en el segundo y tercer bloque del año.
“Lo que muestra el consenso de analistas está alineado con nuestras previsiones, en el sentido que la recuperación de la demanda interna será gradual. En el primer trimestre se ha tenido una caída fuerte de la inversión minera (-23%) debido a la finalización de Quellaveco a la par de la ausencia de nuevos proyectos, mientras que la no minera también cayó a doble dígito (-11%). Este (inversión privada) es un componente importante de la demanda interna”, dijo Fernando Gonzáles, economista del Instituto Peruano de Economía (IPE).
¿Qué explica la debilidad de la demanda interna?
Gonzáles mencionó que algunos indicadores relacionados con la inversión, como la importación de bienes de capital, habrían sido negativos en abril. Ello se enmarca, según el economista, en una confianza empresarial (expectativas de la economía a tres meses), que aún se mantiene negativa, pese a que se viene recuperando.
Además de la incertidumbre política, social y regulatoria que hay actualmente, Gonzáles señaló que el incremento del costo de financiamiento (debido al ciclo alcista de la tasa de referencia del Banco Central) es un factor que seguirá limitando las decisiones de inversión a lo largo del año.
“Los negocios y las empresas están tomando con cautela sus decisiones de inversión. Si bien la confianza empresarial se ha estado recuperando, cuando se desagrega por sectores, vemos que la recuperación es principalmente en aquellos vinculados a consumo, como comercio y servicios, y no tanto los vinculados a inversión, como construcción o manufactura. A su vez, la inversión más débil rezaga al mercado laboral, y termina golpeando el consumo, que es componente de la demanda interna”, anotó.
Sobre esto último, el economista y socio de Macroconsult, Elmer Cuba, explicó que el consumo privado seguiría golpeado por la elevada la inflación (que está apenas debajo del 8%), la que, como ya adelantó Julio Velarde, presidente del Banco Central de Reserva (BCR), está bajando más lentamente de lo esperado.
“La demanda interna, como año, será la más baja en 20 años. Dejando el lado el primer trimestre, los siguientes son un poco más débiles que los del año pasado. La inflación promedio del año ha sido alta, y este año lo seguirá siendo, y eso golpea mucho los ingresos familiares, haciendo que el consumo crezca débil”, sostuvo.
Por el lado de la inversión, Cuba afirmó que el rezago pasaría por la falta de proyectos mineros grandes. Aseveró también que hay un efecto estadístico por la base comparativa del 2022, por lo que “es difícil replicar las cifras de ese año”.
“Hay un efecto base también; el año pasado fue un nivel récord de la inversión privada no minera en el país. La inversión privada no minera es alta. Respecto al año previo a la pandemia, la estimación es de un crecimiento de 15%, aunque caería 3% respecto al año pasado”, anotó.
¿Recuperación en el cuarto trimestre?
Según el Consensus Forecast LatinFocus, la demanda interna crecería 1.7% en el cuarto trimestre del año, por encima de lo que se proyecta para los dos bloques anteriores.
Elmer Cuba señaló que el soporte podría venir de la inversión privada, la que, en principio, por un efecto de base comparativa (débil inversión privada en los últimos tres meses del 2022, cuando cayó 4.1%) podría tener una mejor variación.
Asimismo, estimó que podría haber una mejora de la inversión no minera, si hay una recuperación de las expectativas empresariales en un entorno de menor riesgo político.
En la misma línea, el economista del IPE mencionó que se espera una recuperación gradual de la inversión privada conforme mejoran las expectativas empresariales.
“En la medida que la confianza empresarial aumente, como se está observando, la debilidad de la inversión privada podría moderarse, al menos en la parte no minera, pues en la minera son proyectos de más largo plazo. Asimismo, si la inflación de modera más rápido (y se baja la tasa de referencia del BCR, como prevén algunos analistas), quizás hacia fines del año el costo de financiamiento podría empezar a reducirse. Es un proceso gradual”, enfatizó.
Fuente: GESTIÓN.