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8 de diciembre de 2024
Economía

Cinco proyecciones del Banco Mundial sobre la economía global para el 2022 y 2023

Después de repuntar a una cifra estimada de 5.5% en 2021, se prevé que el crecimiento mundial se desacelerará marcadamente en 2022 hasta llegar a 4.1% , como reflejo de los continuos brotes de COVID-19, la disminución del apoyo fiscal y los persistentes cuellos de botella en las cadenas de suministro, según las perspectivas del Banco Mundial (BM).

“Aunque se proyecta que la producción y la inversión en las economías avanzadas volverán a las tendencias previas a la pandemia el próximo año, en los mercados emergentes y las economías en desarrollo (MEED) se mantendrán muy por debajo de lo previsto, debido a las tasas de vacunación más bajas, las políticas fiscales y monetarias más restrictivas y las secuelas de la pandemia más duraderas”, dijo la entidad.

Las economías se encontrarán expuestas entre el 2022 y 2023 a las perturbaciones económicas simultáneas provocadas por la variante ómicron, los nuevos cuellos de botella en las cadenas de suministro, un desanclaje de las expectativas inflacionarias, el estrés financiero, los desastres relacionados con el clima y un debilitamiento de los factores que impulsan el crecimiento a largo plazo.

En ese sentido, el Banco Mundial considera importante fortalecer la cooperación mundial para promover una distribución rápida y equitativa de las vacunas, calibrar las políticas sanitarias y económicas, mejorar la sostenibilidad de la deuda en los países más pobres y hacer frente a los crecientes costos del cambio climático.

A continuación 5 perspectivas económicas para el mundo durante este año y el próximo, según el BM:

  1. El crecimiento mundial se desacelerará en 2022 y 2023

Se prevé que el crecimiento mundial se desacelere considerablemente a medida que el repunte inicial del consumo y la inversión se desvanece y las medidas de apoyo macroeconómico se retiran. Gran parte de la desaceleración mundial en el horizonte previsto corresponde a las principales economías, lo que también afectará la demanda en los mercados emergentes y las economías en desarrollo (MEED).

  1. Las economías emergentes experimentarán una recuperación más débil que las avanzadas

A diferencia de las economías avanzadas, se espera que la mayoría de los MEED sufrirán considerables secuelas en la producción como consecuencia de la pandemia, y que las trayectorias de crecimiento no serán lo suficientemente sólidas para que la inversión o la producción vuelvan a las tendencias previas a la pandemia hasta el final del período de proyección de 2022-23.

  1. La inflación mundial seguirá siendo elevada este año

El repunte de la actividad mundial, junto con las interrupciones en las cadenas de suministro y los mayores precios de los alimentos y la energía, han empujado al alza la inflación general en muchos países. Más de la mitad de los MEED que establecen metas de inflación experimentaron una inflación superior a sus objetivos en 2021, lo que llevó a los bancos centrales a aumentar las tasas de interés. Los pronósticos de Consensus anticipan que la inflación mundial media seguirá siendo elevada en 2022.

  1. La variante ómicron son un riesgo clave para el crecimiento a corto plazo

La desaceleración del crecimiento mundial entre 2021 y 2022 podría ser más pronunciada si la rápida propagación de la variante ómicron satura los sistemas de salud y hace que se vuelvan a imponer estrictas medidas de control de la pandemia en las principales economías. Las perturbaciones económicas causadas por dicha variante podrían reducir aún más el crecimiento mundial este año —de 0.2 a 0.7 puntos porcentuales—, dependiendo de los supuestos subyacentes. Las alteraciones asociadas también podrían empeorar los cuellos de botella en las cadenas de suministro y exacerbar las presiones inflacionarias.

  1. Se necesitará cooperación mundial para hacer frente a costos asociados a desastres climáticos

Graves desastres naturales y acontecimientos relacionados con el clima podrían también frustrar la recuperación en los MEED. Se necesita cooperación mundial para acelerar los avances hacia la consecución de los objetivos del Acuerdo de París sobre el cambio climático y para reducir los costos económicos, sanitarios y sociales del cambio climático, muchos de los cuales son soportados de manera desproporcionada por las poblaciones vulnerables.

La comunidad internacional puede ayudar también ampliando las iniciativas de adaptación al cambio climático, incrementando las inversiones verdes y facilitando una transición hacia energías menos contaminantes en numerosos MEED. Las medidas de políticas nacionales pueden adaptarse para promover inversiones en energía renovable e infraestructura y para fomentar el desarrollo tecnológico. Además, los responsables de formular políticas pueden priorizar reformas destinadas a estimular el crecimiento que aumenten la preparación para futuras crisis relacionadas con el clima.

Fuente: GESTIÓN.

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